Entre el “Día de la Marmota” y el “Silencio de los Corderos”

Cuando hablo de gestión de costas en nuestro país, tengo la sensación, comentada ya en otras ocasiones, de haber quedado atrapado en el tiempo (como Bill Murray) y de no poder hacer nada al respecto (al estar con Anthony Hopkins). El caso del Baix Maresme al que me referiré a continuación constituye un notable ejemplo de ello, desgraciadamente no el único.

El Baix Maresme es un claro ejemplo de un conocido ciclo vicioso. Alguien se queja al Estado “aquí no hay playa”. Se hace un estudio de ingeniería a 600-900 km de distancia y se proponen soluciones básicamente duras; espigones y regeneración -extracción y colocación de arenas al menor coste económico posible-. Nos olvidamos por 5/10 años. Pasada esta fecha que cada vez es más corta, volveremos a empezar, es la rueda del hámster.

De nada sirve que hayamos firmado un protocolo de gestión integrada de zonas costeras que debiera hacer repensar como gestionamos nuestro litoral, de nada sirve que haya una serie de principios básicos y recomendaciones a seguir que se ignoran, de nada sirve que cualquier experto recomiende pensar en el medio-largo plazo cuando se trabaja para el futuro, de nada sirve saber que estas dejando un medio cada día más difícil de gestionar a quienes vendrán después, … la urgencia va delante de la necesidad y cuando llegas a la rueda del hámster, estas atrapado en el tiempo y ahí te vas a quedar. Los habitantes del Baix Maresme están atrapados en ese tiempo por unas infraestructuras heredadas del pasado y para las cuales nunca, parece, habrá un tiempo para repensarlas, la vía del tren, la nacional II, los puertos deportivos. Parece que no exista Plan B, vamos es que nadie piensa ni tan siquiera en un Plan B.

Mañana rigidizaremos más el Baix Maresme empezando por el tramo El Masnou- Premià de Mar echaremos más piedras, rigidizaremos la costa, pararemos la dinámica sedimentaria, extraeremos arenas de cotas increíbles como la -10m, destruiremos los vestigios que queden de los hábitats submarinos, y dentro de unos pocos años volveremos a ver el tren bajo los efectos de las olas.

Pues bien, Naciones Unidas nos está recomendando que pensemos en otras formas de hacer, que cambiemos nuestra forma de actuar y que si no sabemos hacerlo, lo dejemos en manos de otros que, aunque también puedan equivocarse como nos equivocamos nosotros, hagan algo diferente… y mejor. Por favor, empecemos ya de una vez a aplicar la Gestión Integrada de la Zona Costera, concedámonos un tiempo para repensar nuestro litoral, para repensar nuestras formas de actuar, para repensar nuestras estructuras administrativas, para planificar a medio/largo plazo, para repensar esos maquiavélicos argumentos por los que regenerar el medio natural es de izquierdas y construir y construir de derechas.

Dado que aún nos permiten soñar y dado que creo es conveniente empezar a crear el futuro, no solo preverlo, aquí van algunas recomendaciones para esta comarca que se enmarcarían dentro de un título general, “planificación integrada, deconstruir la fachada litoral y regenerar su medio marino”; construir un “topo” similar al del País Vasco que transite pegado a la autopista del Maresme y con lanzaderas para la población de los pueblos afectados, retirar la vía del tren, retirar la Nacional II y llevar su circulación a la autopista y en esos 80-100 m abordar un proyecto de arquitectura paisajística del siglo XXI regenerando a su vez el ecosistema marino; todo ello para que la población del Maresme se sienta orgullosa de una nueva fachada litoral más humana y ambientalmente más deseable. Lo dicho, mientras no nos digan lo contrario, soñar siempre será posible; dejaremos que Bill no se repita como un loro y olvidaremos para siempre el tener a Anthony al lado.

Rafael Sardá (PhD, MBA, Investigador Científico del CSIC)